Actividad física
El fútbol incluye una actividad física muy importante para
la salud a todo nivel. Durante un partido de fútbol profesional de 90 minutos,
un jugador, dependiendo de su posición y de las dimensiones del campo, recorre
entre 6 y 11 kilómetros.4 También durante un partido de similares
características, un futbolista pierde alrededor de 2 kilogramos de líquidos,
parte de los cuales son recuperados durante el tiempo de descanso.5 En partidos
que se juegan con altas temperaturas, los árbitros tienen el derecho de detener
el encuentro, generalmente a mediados de un período, para que los jugadores y
el cuerpo arbitral se hidraten.6
Pero al mismo tiempo, el fútbol es uno de los deportes con
mayor número de lesiones,7 aunque la mayoría de ellas no son de gravedad. Las
lesiones más comunes ocurren en las rodillas y los tobillos, debido a los
movimientos rotativos a los que son sometidos. Las roturas de meniscos y
ligamentos cruzados junto a los desgarros musculares, son lesiones habituales
dentro del fútbol. Las probabilidades de lesión aumentan cuando el jugador no
recibe una preparación física adecuada, particularmente en un deportista
aficionado, y cuando el juego se desarrolla sobre un terreno irregular. Para
futbolistas profesionales o semi-profesionales es de vital importancia la
presencia de un preparador físico que regule el tipo de ejercicio físico, así
como la duración y regularidad del mismo. El trabajo del preparador físico se
debe complementar con una correcta alimentación, donde también es recomendable
la presencia de un profesional en la materia.
Recepción
Los jugadores de fútbol deben ser capaces de controlar los
balones que reciben. La forma más fácil suele ser parar la pelota; en este
caso, el balón debería ser situado en la posición ideal para el próximo toque.
Los jugadores avanzados pueden usar el primer toque para hacer que el balón se
mueva de forma rápida hacia donde tienen planeado correr. También pueden
utilizar el primer toque para pasar el balón. Evitar el balón en vez de
recibirlo puede despistar a los defensores oponentes y es un arma ofensiva en
algunas situaciones.
Es una acción muy utilizada durante un partido, con el
objetivo de recibir el balón, controlarlo y ponerlo a su servicio para
desarrollar en buenas condiciones una acción posterior. La recepción en parada
es aquella en la que se consigue controlar totalmente el balón en los pies,
perdiendo el componente de velocidad pero aumentando la precisión en el manejo
posterior del esférico.
La recepción en semiparada, para conseguir que el balón
pierda parte de su valor inicial. La recepción de amortiguamiento se utiliza
para controlar balones aéreos, con trayectoria descendente, y se produce una
amortiguación de la aceleración con el que se llega la pelota.
El control del balón puede ser al ras de suelo, o bien con
la cara interna de la bota, o con la planta del pie, con la punta hacia arriba
y encajando la pelota entre la planta y el suelo. En los balones altos, se debe
conseguir llevar el balón al suelo con posibilidades de ser jugado
adecuadamente.
Pase
Para mantener la posesión del balón es esencial tener
capacidad para pasarlo en corto entre los jugadores cercanos de forma precisa y
a tiempo. Los pases largos precisos permiten una mayor variedad de situaciones
y un juego más directo. Generalmente, los pases que crean ocasiones de gol se
les llama asistencia, aunque cualquier jugador en el campo podría hacer este
tipo de jugadas, generalmente es un mediocampista ofensivo quien lo hace, es
trabajo usual de los jugadores marcados con el 10 o el 8 en sus camisetas.
Tiro
Los jugadores deben tener un equilibrio a la hora de tirar a
puerta: ni hacerlo en demasiadas ocasiones ni tampoco dejar de intentarlo
cuando tienen ocasión. Los tiros deberían ser precisos y potentes, aunque
generalmente no se logra esta precisión y potencia al mismo tiempo. Elegir
precisión o potencia depende de la situación y de las características del
jugador.
La elección del lugar de la portería al cual disparar es un
tema controvertido y depende de cuántos jugadores estén cubriéndola. Cuando el
jugador encara solo al portero, los tiros deberían situarse cerca de uno de los
postes. De forma ideal, el tiro debería ir dirigido a la escuadra, pero es
menos difícil y también efectivo hacerlo a ras de suelo. Cuando el portero está
demasiado adelantado, se puede intentar un globo.
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